Fiebre
los ríos corren a esconderse en aguas azules
fiebre de viejos tiempos de muchachas cosechando voces de ruego y de faldas desabrochadas
el manto de nuestras quejumbrosas frases perdiéndose en los naufragios
con las victimas de los misterios y las soledades
Dioses partida doble de los altares
encuentro la causa que nos destina a nuevos afluentes
Nuestra vida fiebre
la oscuridad que se mira lloviznando pájaros de medialunas y jeroglíficos
fue fiebre el canto de los delfines nadando su única sonrisa
La mañana se hace sol y día
los niños despiertan después de haber olido a sus noctámbulas madres
el canto se repite en su otra Eneida fiebre de sed y atmósfera
caminando sobre hierbas secas los individuos han dicho palabras escondidas de los destinos
Hay barcos azules canciones domesticadas por sangre y puñales
Fiebre de Mujeres que piden de nuevo la entrada del fuego que recorren montañas y rompe canales
el aire ordena a la nada inocua gentil con el calor de nuestro mediodía
Fiebre muerte de los divinos
atravesando por las espadas arcaicas de los cabalistas
buscaron respuestas y se perdieron entre torres y senos inclinados
Fiebre las monjas escupen fuego
luciendo cuerpos de diosas escogidas por la pesadez del pasado
que hablen las estatuas dormidas de siglos
que recuerdan quien las puso sobre cabezas y pensamientos
Fiebre de nuevo
la fiebre nace de la natural noche
que repite a los cuerpos juntos y lejanos
De nuevo fiebre los años no nacen de almanaques
Después siempre fiebre de las cedas vistiendo nuestros cuerpos
novicios eternamente de hambre por sus cuerpos